Avui torna a començar el curs. Després de 5 setmanes fora de casa, el pis necessitava una posada a punt a fons: netejar, aspirador amunt i avall, lavabos, cuina, omplir la nevera, rentadora, rentadora, endreçar roba, rentadora, regar les plantes, rebost… en fi, ha estat un diumenge de treball dur previ a la tornada a la normalitat, certa mandra, certa tristesa,… Però que he pogut combinar amb esmorzar a la terrassa llegint el diari, anar una horeta a la platja (plaga de meduses per contaminació, arghhh) i al vespre a córrer per la carretera de les aigües.
Abans de marxar, el director ens havia enviat a tots un powerpoint sobre la cultura Slow Down (prendre’s les coses amb calma), que podeu veure a sota i del qual vull destacar una anècdota:
“La primera vez que fui para Suecia, en 1990, uno de mis colegas suecos me recogía del hotel todas las mañanas. Estábamos en el mes de septiembre, algo de frío y nevisca.
Llegábamos temprano a la Volvo y él estacionaba el auto muy lejos de la puerta de entrada (son 2000 empleados que van en coche a la empresa). El primer día no hice comentario alguno, tampoco el segundo, o el tercero.
En los días siguientes, ya con un poco más de confianza, una mañana le pregunté a mi colega:
¿Tienen ustedes lugar fijo para estacionar aquí?, pues noté que llegamos temprano, con el estacionamiento vacío y dejaste el coche al final de todo…”.
Y él me respondió simplemente:
“Es que como llegamos temprano tenemos tiempo para caminar, y quien llega más tarde, ya va a llegar retrasado y es mejor que encuentre lugar más cerca de la puerta. ¿No te parece?”
Take it easy… bona reentré a tothom!!