“Podéis quemarlo todo, pero la hierba… la hierba volverá a crecer”
Amb aquesta contundent afirmació o crit de supervivència, es presenta aquesta pel·lícula-documental, Los ojos de Ariana, sobre els estudis de filmació afganesos Afghan Film. Quan els Talibans van intentar destruir l’arxiu d’aquest estudi i els treballadors van fer els possibles per amagar les pel·lícules i protegir el llegat fílmic del seu país. Evitant així que els ulls d’Ariana (antic nom d’Afganistan) es tanquessin per sempre.
Un contacontes afganès que va sortint al llarg de la pel·lícula té una funció estructural en el guió però alhora vol demostrar que no es pot destruir la tradició oral o que no es pot lluitar contra la cultura.
Nota del director:
Sayd todavía tiembla cuando se recuerda jurando a los talibán que había destruido todas las películas, mientras a escasos metros del lugar descansaban los rollos escondidos en una doble pared. Esta es una escena más de la peligrosa resistencia de los trabajadores del Afghan Film.
Cuando en el 2001 conocí la historia de los nueve trabajadores de la Filmoteca Afgana, me sorprendió que, en un país devastado por veintitrés años de guerra, aún existiera gente capaz de arriesgar su vida por algo tan aparentemente corpóreo como el celuloide. Encontrar esta historia supuso para mí algo parecido a la sensación que puede experimentar un científico al hallar una especie perdida en un lugar remoto.
Durante el período de dominación de los talibán, se produjo un acoso constante a la cultura en todas sus facetas. Se dinamitó parte de la historia de un país; “Ariana”, ahora Afganistán. La vida pública perdió toda manifestación de alegría. Se prohibieron los juegos, se penalizó la educación fuera de la interpretación del dictado talibán, llegó incluso a considerarse delito disfrutar del canto de los pájaros.
Pero la cultura supo sobrevivir pacientemente como lo hace, paradójicamente, la tradición oral, en silencio.
La generación de Sayd, un cámara experimentado, ya en la cincuentena, quiere seguir luchando por el cine y ayudar a una nueva generación de jóvenes entre los que se encuentra Mirwais. Lo conocí en el 2004 cuando, después de cinco años emigrado en Pakistán, volvió al Afghan Film donde trabajaba con la intención de seguir filmando y velando por la cultura de su país. Él me ayudó a navegar por esta historia que me acercó a la esencia del cine; él me guió por la vida de sus compañeros, protagonistas de esta película. Un colectivo de trabajadores marcados por la barbarie de la guerra y con una asignatura pendiente, el revelado de la última filmación de Sayd, la ejecución del presidente Najibulah. Es como si la aparición de estas imágenes dormidas durante ocho años supusiera un nuevo caminar del cine afgano, no exento de riesgo.Ricardo Macián Arcas
Director
I després de molts dies d’inactivitat per un problema d’actualització de WordPress que m’ha portat de corcoll, ja torno a ser aquí 🙂
la foto de la portada és espectacular.
no n’havia sentit parlar d’aquesta pel·lícula-documental. Reconec que m’és un món força desconegut, ni sabia que Afganistan fos Ariana. És bonic!
per cert, has tancat l’instants????? espero i desitjo que sigui per una molt bona raó!
una abraçada
Doncs si que és desconegut, per moltissima gent, i crec que el problema és que sempre en tenim informació esbiaixada i relacionada amb fets negatius. Però si es coneix una mica el món musulmà, és realment interessant 🙂
Noooo, instants segueix obert! no l’he tancat pas, jejeje